Soy Vanessa Hudorovich. Y esta es mi historia.

Desde que era chiquita hacía preguntas que para muchos eran “raras”, pero para mí eran las más naturales del mundo.

Veía cosas que otros no veían, sentía energías, intuiciones, mensajes…

y aunque a veces me sentía fuera de lugar, algo dentro de mí ya sabía que somos seres infinitamente más poderosos de lo que nos enseñaron.

Encontré a mi alma gemela a los 15 años. Lo vi… y supe.

Desde entonces estamos juntos.

Hoy soy mamá de dos hijos humanos y dos hijas peludas, que llenan mis días de amor y pelos en la ropa.

Cuando llegó el momento de elegir una carrera, nada encajaba conmigo.

Salté de una opción a otra hasta que, ya con la paciencia de mis padres al límite, terminé estudiando Diseño de Interiores.

Y aunque me encantaba crear espacios hermosos, sabía que había algo más que venía a hacer.

Desde siempre fui emprendedora.

De adolescente hacía velas, chocolates, joyería…

Y después de graduarme, abrí un negocio muy exitoso diseñando habitaciones infantiles en zonas exclusivas.

Ese mundo me abrió las puertas al lujo, al dinero…

pero también me mostró una herida profunda: la ausencia emocional en las familias.

Los niños, al estrenar su cuarto, no querían mostrarme su cama nueva.

Querían hablar conmigo.

Me contaban sus historias, sus vacíos, sus ganas de que mamá y papá estuvieran más presentes.

Y ahí entendí que, sin quererlo, además de diseñadora de interiores de habitaciones infantiles…

me había convertido en diseñadora de interiores humanos! en una terapeuta.

Pero la vida, sabia como siempre, me tenía preparado un giro de 180°.

Una persona en quien confiaba me hizo un fraude, me quedé en números rojos y tuve que cerrar mi negocio.

Pasé de tener listas de espera…

a tener tiempo de sobra y una profunda depresión.

Y en ese silencio forzado, me hice la gran pregunta:

¿Será que el destino existe?

Ahí comenzó todo.

Me sumergí en el estudio de la energía, la vibración, la espiritualidad, la psicología, la alimentación, la salud emocional.

Pasé tres años absorbiendo todo lo que sí me llenaba, temas interesantes!

Y cuando sentí que algo dentro de mí se había reconfigurado, decidí emprender otra vez:

así nació mi canal de YouTube: Más Allá De.

Y sin buscarlo, me convertí en terapeuta y YouTuber.

La gente llegaba a mí para abrirse, para contarme su historia, para encontrar respuestas y soluciones.

Y cuando pensaba que todo fluía, 2025 llegó con otro sacudón:

YouTube me amonestó y me prohibió subir videos durante meses.

Pero como buena Tauro —terca, determinada y con el corazón encendido—

decidí no rendirme…

decidí hacerlo en grande.

Fue entonces, revisando las decenas de sesiones que había hecho,

que noté un patrón.

Una estructura que se repetía en muchas personas, incluso en mí.

Y ahí… nació METAMORF-me.